SAN JUAN.- El especial Villa Carlos Paz-San Juan, el más largo del Dakar 2015, ofreció gigantescas extensiones de polvo y arena, ardientes a causa de un sol que pega como si estuviera enojado. ¿Quién puede manejarse en semejante escenario mejor que un príncipe del desierto? Nadie. Allí encuentra razón la comodidad con la que el qatarí Nasser Al Attiyah ganó la segunda etapa y, sin penalizaciones de por medio, recuperó el liderazgo de la clasificación general en la categoría Autos. En efecto, lo que para el resto resultó una interminable tortura beduina, para el asiático fue como manejar el Mini en casa. Tal es así que con sus 5hs04’50” le sacó una incontestable diferencia de ocho minutos y medio al segundo mejor del día, el sudafricano Giniel de Villiers, de Toyota. Así de tranquilo fue para el qatarí, que ya venía ancho por el vuelco de Orlando Terranova.
De no creer lo del mendocino: tras soplarle al príncipe el triunfo en la primera etapa, se iba derecho a ganarle la segunda sin necesidad de intervenciones extradeportivas, cuando a 10 kilómetros de la meta perdió el control de su Mini y volcó. Pese a que el auto dio cuatro vueltas, “Orly” pudo llegar a San Juan, aunque con más de 20 minutos de retraso.
“El auto cayó del lado de Bernardo (Graue, su copiloto), pero pudimos acomodarlo. Sin embargo, no pudo arrancar porque se había roto la bomba de nafta. Ahí perdimos mucho tiempo. La carrera continúa y eso es bueno”, declaró con optimismo el mendocino, que cayó al 10° lugar de la tabla general, a 22’23” del líder.
Peor, imposible
Como se dijo, el recorrido del ganador estuvo facilitado también por la mala tarde de Peugeot, el gran perdedor de la jornada. A pesar del equipazo de campeones que formó, el regreso de la marca francesa está siendo definitivamente de lo peor.
Stéphane Peterhansel, el más ganador de la historia, sigue sin entenderse con su máquina y llegó 26°, a más de una hora de los punteros. Aunque no está claro qué le sucedió a “Monsieur Dakar”, al parecer habría chocado contra un árbol. Marcha 22° en la general.
Apenas mejor le fue a Cyril Després, que ya debe extrañar su KTM: terminó 24° y ostenta la misma posición en el acumulado. Para colmo, ni el propio Carlos Sainz la sacó barata: chocó al motociclista Laurent Moulin, quien se fracturó una pierna y sufrió traumatismo faciales, por lo que debió ser hospitalizado. El español se bajó a ayudarlo, y por eso la organización lo penalizó con apenas seis minutos, lo que le permite mantenerse en la pelea, desde el 8° lugar.